¿Quién decís que soy yo?

Cierta vez Jesús preguntó esto a sus discípulos: ¿quién decís vosotros que soy yo?

He aquí planteado el asunto central de la fe y la vida cristianas. El cristianismo contiene unas doctrinas, contiene una ética, incluye ciertas prácticas, y hasta una visión del mundo y la realidad toda, pero ninguna de estas cosas es lo central del cristianismo. En el centro del cristianismo no hay 'cosas', aunque sean muy espirituales; no hay 'ideas', aunque sean muy elevadas; no hay 'normas morales', aunque sean buenas... En el centro del cristianismo hay UNA PERSONA.

En todas las religiones el centro no está en los hombres que las fundaron, sino en sus enseñanzas. En cambio, el punto principal del anuncio cristiano es LA PERSONA DE JESÚS Y SU OBRA, y las respuesta adecuada que se espera es LA FE EN ÉL. Todos los demás elementos del cristianismo se desprenden de este Centro, están tan relacionados con la persona de Jesús que si se separan de él quedan totalmente distorsionados y pierden su sentido.

Atendamos ahora a su Persona, dejando su Obra para otros momentos. Digámoslo sintéticamente: Jesús no es sólo el 'fundador' del cristianismo, Jesús es el Fundamento, el Centro y el Todo del cristianismo. Dicho de otro modo: el cristianismo es la Persona de Jesús. ¡Damos gracias a Dios que no seguimos una religión, no seguimos unas doctrinas, SEGUIMOS UNA PERSONA VIVIENTE!

Veamos más despacio esa ocasión en que Jesús preguntó a sus discípulos por su identidad

Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a Sus discípulos, diciendo:
¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o uno de los profetas.

El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo: TÚ ERES EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE.
Entonces le respondió Jesús y dijo:
Bienaventurado eres, Simón Barjona, porque
no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los cielos.

Y Yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia;
y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. (Mateo 16,13-18)

Nos fijaremos en dos puntos de esta porción de la Palabra de Dios.

En primer lugar, aquí aprendemos acerca de la fuente de conocimiento propia de los cristianos para saber quién es Jesús.

Hoy, como ayer, hay entre 'los hombres' muchas opiniones acerca de Jesús, unas erradas, otras insuficientes. Un revolucionario, un moralista, una gran figura religiosa, una encarnación de la Conciencia cósmica universal, un visionario, un personaje interesante para escribir bestsellers muy rentables... Incluso entre los simpatizantes y seguidores de Jesús, hoy como ayer, hay muchas opiniones, muchas teorías 'teológicas' acerca de la identidad de Jesús.

Según Jesús, Pedro acertó. Y ¿por qué Jesús aprobó la respuesta de Pedro? “PORQUE ESTO NO TE LO HA REVELADO NINGÚN SER HUMANO, SINO MI PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS”. El original dice 'no te lo reveló carne ni sangre'; otras traducciones posibles dicen: 'no sabes esto por tu propia cuenta', 'no lo conociste por medios humanos'... Amigos, desde el punto de vista de Jesús es necesaria la revelación del Padre para poder conocerle. No podemos conocer a Jesús desde nuestros propios recursos humanos, nuestros órganos naturales de conocimiento no están capacitados por sí mismos para captar la verdad sobre Jesús. Muchos tocaron a Jesús, vieron sus obras y milagros, escucharon sus palabras, pero sólo los que se acercaron a Él CON FE, con confianza en que su testimonio era verdadero, pudieron conocerle, porque la fe es el modo adecuado para conocer a Jesús. Es sólo con la fe que podemos captar la revelación que el Padre nos da sobre Jesucristo. Hoy, como ayer, a muchos discípulos esta revelación les parecerá insoportable, y en lugar de abrirse y aceptarla abandonarán a Jesús, más o menos elegantemente (Jn 7, 66-69). Sin revelación ciertamente les parece locura
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo'.
(1Cor 2, 14-16)

Por otro lado, también aprendemos en este pasaje de Mateo que Jesús, revelado por el Padre como el Cristo y el Hijo del Dios viviente, y confesado como tal, es LA ROCA FIRME sobre la que se levanta todo el edificio de la Iglesia del Dios viviente (1Tim 3,15). De acuerdo a las mismas categorías de la Escritura, el término 'Cristo' habla de su misión: aquel puesto por Dios como Rey para llevar a cabo los propósitos de Dios en el mundo; 'Hijo del Dios viviente' hace referencia a su identidad, a su persona: Jesús es la segunda Persona de la Trinidad, Dios mismo hecho hombre.

Jesucristo revelado y confesado es la Roca sobre la cual la Iglesia es edificada
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”.
(1Cor 3,11)

Estrictamente hablando, Jesús no fundó/edificó 'el cristianismo', sino la Iglesia; no una organización, sino una edificación viviente, la compañía de los que reconocen y confiesan a Jesús como el Rey puesto por Dios y como Dios mismo venido en carne, de los que tiene comunión con el mismo Hijo del Dios viviente.

De entre las muchas opiniones que circulan hoy en el mundo acerca de Jesús, nosotros nos adherimos firmemente a este testimonio de la primitiva iglesia apostólica, el testimonio de los primeros seguidores de Jesús, de los apóstoles que él nombró, instruyó y envió. Sobre este testimonio apostólico, el testimonio de aquellos que caminaron con Jesús, de aquellos que vieron y palparon al Rey Crucificado y Resucitado, y que dejaron registrado su testimonio en el Nuevo Testamento, se asienta nuestra fe.

JESÚS,
TE RECONOCEMOS COMO EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE,
DIOS MISMO VENIDO EN CARNE,
HECHO HOMBRE PARA NUESTRA SALVACIÓN.
Y COMO DIOS NUESTRO TE RENDIMOS TODA NUESTRA ADORACIÓN.

JESÚS,
TE RECONOCEMOS Y CONFESAMOS COMO EL CRISTO,
EL REY UNGIDO POR DIOS EL PADRE
PARA EJECUTAR SUS PLANES EN EL UNIVERSO;
Y COMO REY NUESTRO, NOS SOMETEMOS A TU SOBERANÍA.


¿Y tú -te dice Jesús-, quién dices que soy yo?


P.F. Obed

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