¿A qué llama 'iglesia' el Nuevo Testamento? (3)

 ¿ACASO ESTÁ CRISTO DIVIDIDO?


(Este artículo es un comentario en el diario digital 'noveldadigital.es' a la noticia del acto ecuménico que se celebró recientemente entre las parroquias católicas y la congregación evangélica bautista en Novelda).
Mi corazón vibra con todo lo que tenga que ver con la Iglesia de Dios que vive en Novelda. Aunque no soy católico ni evangélico, aprovecho este espacio para saludar a todos los que con corazón limpio invocan el Nombre del Señor en Novelda, sabed que aquí tenéis un hermano en Cristo para lo que necesitéis.
Qué día luminoso aquel de Pentecostés, cuando descendió el Espíritu de Cristo resucitado y nació la Iglesia, haciendo que todos aquellos que se arrepintieron de sus pecados y creyeron en el Señor Jesús llegaran a 'estar juntos', siendo 'de un corazón y un alma', 'perseverando unánimes' y 'en la comunión unos con otros', incluso 'teniendo en común todas las cosas', 'ninguno llamaba suyo propio nada de lo que tenía' (Hechos 2, 41-47; 4, 32-27). 
Esta unidad sólo puede producirla el Espíritu de Dios y de Cristo. Todos los que han recibido el Espíritu y la Vida de Dios son uno necesariamente. Esta es la unidad que el apóstol manda 'GUARDAR', no alcanzar ni producir, sino 'guardar', ¡¡porque ya es un hecho!! (Efesios 4, 1-6): todos los que han sido bautizados por el Espíritu en el Cuerpo de Cristo, son YA uno en Cristo Jesús (1Corintios 12, 12-13; Gálatas 3, 27-28). 
Pero aunque la unidad del Espíritu es un hecho espiritual, muy real, los cristianos podemos 'no guardarlo', no manifestarlo visiblemente. Y así ha ocurrido en la historia de la iglesia, resultando una cristiandad rota y dividida en innumerables confesiones y denominaciones. ¡¡¡¿ACASO ESTÁ DIVIDIDO CRISTO?!!! (1Corintios 1,13).

Previendo esto Cristo, puso en el centro de su testamento vital su oración por la unidad de sus discípulos (Jn 17, 20-23). Él sabía que no íbamos a 'guardar la unidad del Espíritu', reconociendo que 'todos sois uno en Cristo Jesús' y recibiéndonos los unos a los otros como Cristo nos ha recibido (Romanos 15,7). Él sabía que las iglesias perderían 'el amor primero' dejando de hacer 'las primeras obras', las obras del principio (Ap 2, 4-5). Él sabía que un enemigo iba a sembrar divisiones y apartar a los cristianos de 'lo que era en el principio' (1Juan 1,1).

Nosotros no podemos fabricar la unidad que Dios quiere. Tampoco sirve cualquier unidad, Babel no agradó a Dios. La unidad no puede sacrificar la verdad, ha de dejarse guiar por el Espíritu de la Verdad, Cristo es la Verdad.

Dios está llamándonos a arrepentimiento y convocando a todos sus hijos e hijas a reconocer el único Cuerpo de Cristo. No una organización, sino un organismo vivo, la comunión visible de todos los que han recibido el Espíritu de Cristo; un solo Cuerpo de Cristo; una sola Iglesia universal, expresada visiblemente en cada lugar: un testimonio en cada localidad, una iglesia de Dios en cada ciudad, o pueblo, o municipio, o aldea. Ninguna iglesia en el Nuevo Testamento lleva otro nombre que el de su propia localidad: 'la iglesia que estaba en Jerusalén' (Hch 8,1), 'la iglesia que estaba en Antioquía' (Hch 13,1), 'la iglesia en Cencrea' (Rm 16,1), 'la iglesia de Dios que está en Corinto' (1Cor 1,2), 'la iglesia de los laodicenses' (Col 4,16; Ap 3,1), 'la iglesia de los tesalonicenses' (1Tes 1,1), 'la que está en Babilonia' -Roma- (1Pe 5,13), 'la iglesia en Éfeso' (Ap 2,1), 'la iglesia en Esmirna' (Ap 2,8), 'la iglesia en Pérgamo' (Ap 2,10), 'la iglesia en Tiatira' (Ap 2,18), 'la iglesia en Sardis' (Ap 3,1), 'la iglesia en Filadelfia' (Ap 3,7). La iglesia en Novelda está formada por todos los que aquí hemos creído en nuestro Salvador y Señor Jesucristo recibiendo su Espíritu, todos nosotros somos uno en Cristo Jesús, aunque al alejarnos de Cristo andamos divididos, impidiendo en Novelda el testimonio de unidad 'para que el mundo crea' (Jn 17, 21).

Hemos de reconocer que la división es pecado, que todos andamos descarriados cada cual por su camino (Isaías 53,6). Hemos de regresar al Único Fundamento (1Corintios 3,11) puesto por Dios sobre el que Su Iglesia es edificada: Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios Viviente (Mt 16,16), al fundamento de los apóstoles y profetas (Efesios 2,20), a la enseñanza y la práctica de Jesús y de sus apóstoles tal y como nos ha sido entregada en el Nuevo Testamento. Si estamos en Cristo, somos uno. Si no somos uno, es que nos hemos alejado de Cristo, por eso no podemos encontrarnos en unidad los unos y los otros.

Todos somos responsables. No podemos pretender que los demás deben venir 'a lo nuestro'. Todos debemos estar dispuestos a salir de lo nuestro para encontrarnos en Cristo. Debemos estar dispuestos a revisar nuestra fe, nuestra conducta y nuestras prácticas (eclesiásticas) a la luz de la enseñanza y la práctica de Cristo y los apóstoles; regresar a las fuentes, al ejemplo y modelo de la iglesia de los apóstoles presentada en el Nuevo Testamento, discerniendo y revisando lo que es 'apostólico' de lo que son 'las tradiciones de hombres' (Mc 7, 5-13) que han aparecido en la larga y atropellada historia de la Iglesia y que nos alejan del terreno bíblico de la unidad. Hemos de estar dispuestos a pagar el precio que sea necesario, incluso a 'salir FUERA DEL CAMPAMENTO, llevando su oprobio' , salir de nuestros respectivos campamentos, para encontrar a Cristo fuera, y encontrarnos nosotros en Cristo, fuera (Hebreos 13,12-13).

Cristo merece tener su testimonio limpio y unido en Novelda (en cada localidad). Él murió por nosotros para que los que vivimos ya no vivamos para nosotros mismos, sino para Él, que murió y resucitó por nosotros. Si le llamamos 'Señor' y 'Maestro', obedezcámosle en todo lo que nos enseña y ordena.
Oremos, queridos hermanos y hermanas, para que el mismo Espíritu de Pentecostés sea derramado en Novelda, y Jesucristo tenga aquí la Novia que se merece.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión y unidad del del Espíritu Santo estén con todos vosotros, amados hermanos y hermanas.
P.F. Obed

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