¡Enhorabuena, pecador!

¿Para quién vino Cristo? ¿Quiénes son candidatos a formar parte de la Iglesia de Jesucristo?

La Palabra de Dios nos da una respuesta que no por ser tan clara es menos sorprendente: Cristo no vino para los justos, sino para los pecadores; por tanto, Su Iglesia es para los pecadores, no para los justos

¡Qué descanso! ¿verdad? Cómo relaja saber que no hace falta un brillante curriculum para acercarse al Señor y formar parte de su Iglesia. Lo único que se nos pide es reconocer que estamos malitos, necesitados, incluso que no tenemos remedio. Nadie crea que sus pecados son tan graves como para ser rechazado por Cristo. Cristo no rechaza absolutamente a nadie que viene a Él. ¡Él ama a los pecadores!

Los únicos que pueden tener problemas son los que se creen buenos, los que se creen poseedores de algún grado de justicia propia. Ellos no van a sentirse necesitados de salvación, por tanto ¡no van a sentirse necesitados de Jesucristo! Nadie dice que es perfecto, pero la tendencia de la mayoría es pensar que son 'más o menos buenos'. 'Hombre, tengo mis fallos, pero soy buena persona' -dice la mayoría-. Pero escuchemos a Jesús

'¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, o si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?'. (Mateo 7,9-11)

Fíjate: nosotros creemos que somos personas buenas que hacemos de vez en cuando algunas cosas malas; pero Jesús dice que somos personas malas que de vez en cuando hacemos alguna cosa buena.

Esto escandaliza al hombre moderno, que cree en la bondad natural del ser humano; y escandaliza también al hombre religioso, que pretende presentar méritos ante Dios para alcanzar sus bendiciones. Pero, estimado lector, la Palabra de Dios no deja lugar a dudas: todos estamos perdidos, todos estamos enfermos, todos somos pecadores y rebeldes a Dios, todos estamos destituidos de la gloria de Dios, todos necesitamos salvación, todos necesitamos ser curados... aunque nos creamos justos y buenos. Y aquellos que están más conscientes de esto son los que tienen más posibilidades de recibir las Buenas Noticias

Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos:
Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero' (1Tim 1,15).
'Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido'. (Mateo 18,11)

'...Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos....
no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. (Mateo 9, 12-13)

Estos son entonces los candidatos a entrar en la Iglesia: los que se reconocen pecadores. La Iglesia de Jesucristo es el refugio de los pecadores arrepentidos; el hogar de los perdidos que han sido encontrados por el Buen Pastor; el hospital de los enfermos que están siendo curados por el gran Médico de nuestras almas.

¿Te sabes pecador? ¿Has comprendido tu necesidad de sanidad y salvación? ¡Enhorabuena! Eres el candidato ideal para la Iglesia de Jesucristo. Te saludamos y recibimos en ella los que estábamos perdidos y enfermos, y Jesús, el Amigo de los pecadores, nos encontró, nos abrazó, y nos está reuniendo entorno a Él para hacernos su familia, y nos está lavando, nos está curando, y nos está llenando de Su Vida. ¡Bienvenido!


P.F. Obed

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