La existencia de un clero no es neotestamentaria

El Señor Jesús aborrece la división entre clero y laicos. La existencia de un clero no es neotestamentaria, ni cabe en la Iglesia. El sacerdocio veterotestamentario fue abolido por Cristo en la cruz junto con todos los sacrificios.

A la hora de comprender tanto este tema como cualquier otro asunto de nuestra vida, es nuestra opción personal tomar como referencia central la Palabra de Dios. Cuando buscamos luz en la Escritura acerca del llamado 'laicado', extraemos sintéticamente las siguientes conclusiones:

1. Dios escoge al pueblo de Israel entero para que constituya un reino de sacerdotes. Su intención original es UN PUEBLO DE SACERDOTES:

“Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y pueblo santo.Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Éxodo 19:6).

El concepto de 'sacerdocio' tiene que ver con el servicio a Dios: Dios siempre ha querido un pueblo totalmente consagrado a su servicio, ocupado íntegramente en 'los asuntos de Dios'.

2. El origen del 'laicado' en el Pueblo de Dios está en la idolatría. En el Sinaí el pueblo adoró el becerro de oro, se hicieron 'sacerdotes del becerro de oro'. Moisés se puso a la entrada del campamento y dijo: '¿Quién está por Yhavé? Júntese conmigo' (Ex 32,26). Y se juntaron con él toda la tribu de Leví, las demás tribus no se consagraron al Señor. Desde ese momento la nación de Israel no podía ser un reino de sacerdotes, el sacerdocio quedó reducido a una parte del Pueblo (Aarón y los levitas), el Pueblo de Dios y los sacerdotes de Dios llegaron a ser dos grupos distintos. El sacerdocio se convirtió en el privilegio de una sola familia, y se caracterizaba por ser una 'clase mediadora': los sacrificios y ofrendas, la confesión de los pecados, la unción y santificación de las personas, el contacto con Dios... todo debía ser hecho 'por medio de los sacerdotes'. 
 

El Templo estaba estructurado en tres compartimentos: el atrio exterior o de los gentiles, el santo y el santísmo, en el cual estaba el arca con las tablas y donde Dios moraba en medio del Pueblo. Al lugar santísimo sólo podía entrar el sumo sacerdote una vez al año.

2. Cristo termina con el sistema del clero/laicado.

Cristo no pertenecía al linaje sacerdotal ni levita de Israel. Fue un 'laico'. Pero como nos dice toda la carta a los hebreos, con su muerte, resurrección y ascensión se convirtió en EL SUMO SACERDOTE, el único y verdadero, que entró en el verdadero lugar santísimo, el cielo; consiguiendo la redención definitiva y abriendo un camino, él mismo, para que todos los que en él creen tengan acceso libre a la presencia de Dios:

“Así que, hermanos, teniendo firme confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, entrada que El inauguró para nosotros como camino nuevo y vivo a través del velo,esto es, de Su carne, y teniendo un gran Sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos al Lugar Santisimo con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,purificados los corazones de mala conciencia con la aspersión de la sangre,y lavados los cuerpos con agua pura”. (Hb 10,19-22)

El sacrificio de Cristo en la cruz, según Hebreos, lleva a su fin todo el sistema sacrificial-sacerdotal del Templo del Antiguo Testamento. Las figuras del AT quedan abolidas al llegar la realidad:

- ahora el verdadero Templo, lugar de la presencia de Dios, es el Cuerpo de Cristo: la Iglesia;

- ya no hacen falta más sacrificios porque la sangre de Cristo, el verdadero Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ha conseguido el perdón de los pecados para todos los que creen en él;

- queda abolida la distinción entre el Pueblo de Dios y los sacerdotes de Dios: ahora toda la Iglesia es un pueblo sacerdotal, todos los redimidos tienen libre acceso a Dios, no hay más mediadores que Cristo; En la Iglesia neotestamentaria todo cristiano es un sacerdote, alguien que consagra toda su existencia al servicio de Dios (Rm 12, 1-2), dedicado plenamente al servicio de Dios y su Reino, pues no hay compartimentos estancos en la existencia cristiana: adoración, oración, comunión, trabajo, testimonio, misión... todo la vida del cristiano es un sacrificio de alabanza a Dios

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“Acercándoos a El, piedra viva, desechada por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. (1Pe 2:4-5)

“Mas vosotros sois un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin dé que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable”. (1Pe 2:9)

“...Al que nos ama, y nos liberó de nuestros pecados con Su sangre, e hizo de nosotros un reino, sacerdotes para Su Dios y Padre; a El sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. (Ap 1: 5b-6)

El vocabulario sacerdotal del Nuevo Testamento se aplica sólo a Cristo o al pueblo de Dios en su conjunto, jamás a individuos concretos. Hay liderazgo en las iglesias neotestamentarias, pero no tiene nada que ver con una casta que monopolice el sacerdocio:

- 'pastores', 'obispos' (griego: 'epíscopos', que significa 'supervisores'), y ancianos (griego: 'presbíteros') son tres términos seculares que usa el Nuevo Testamento para referirse al liderazgo en las iglesias locales. 'Ancianos' se refiere a algunos cristianos más maduros en el seguimiento del Señor, promovidos por el Espíritu y reconocidos espontáneamente por la asamblea cristiana, cuya función es el 'pastoreo', es decir, el cuidado espiritual de sus hermanos más jóvenes en la fe, y el 'episcopeo', la supervisión para que la iglesia funciones con normalidad, para que todos los miembros del Cuerpo ejerzan su sacerdocio, ¡no para monopolizarlo!;

- 'diáconos' (servidores) son cristianos de la comunidad designados para 'el servicio de las mesas', para administrar el fondo común de la iglesia local que tiene como objetivo que 'no haya ningún pobre entre nosotros', 'que haya igualdad';

- jamás se habla de obispo, pastor o anciano 'UNICO', siempre es un equipo en cada iglesia local;

- tampoco se dice jamás que los obispos/pastores/ancianos monopolicen todos los dones y ministerios en la iglesia; Cristo ha dado personas dotadas a la Iglesia, hombres y mujeres, para enriquecer y edificar el Cuerpo de Cristo, para capacitar a todos los santos para la obra del ministerio; es decir, el liderazgo neotestamentario tiene como misión capacitar a todos los miembros para que sean maduros en Cristo y ejerzan su sacerdocio, sus dones y ministerios

“Y El mismo (Cristo) dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y zarandeados por todo viento de enseñanza en las artimañas de los hombres en astucia, con miras a un sistema de error, sino que asidos a la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza, Cristo, de quien todo el Cuerpo, bien unido y entrelazado por todas las coyunturas del rico suministro y por la función de cada miembro en su medida, causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor. (Ef 4:11-16)

“Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo Cuerpo en Cristo y miembros cada uno en particular, los unos de los otros. Y teniendo dones que difieren según la gracia que nos es dada, si el de profecía, profeticemos conforme a la proporción de la fe; o si de servicio, seamos fieles en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que da, con sencillez; el que preside, con diligencia; el que hace misericordia, con alegría”. (Rm 12:4-8; ver también 1Cor 12)

3. Es la iglesia la que en conjunto actúa como sacerdote entre Dios y el resto de la Humanidad. La iglesia tiene la misión de interceder ante Dios por la Humanidad perdida y doliente. Y tiene la misión de ser 'bendición para todas las naciones' (Gn 12:3), es decir, traer vida a todas las naciones. La iglesia es un reino sacerdotal para bendecir a las naciones. ¿Cómo? Siendo testigos de Cristo, proclamando su Evangelio integral: el de la gracia y el del Reino; viviendo la vida del Reino (Mt 5-7) bajo la soberanía del Cristo (= Rey); siendo la luz que ilumina las tinieblas del mundo; la sal que preserva a la tierra de la corrupción; la ciudad situada en lo alto como sociedad alternativa para atraer a las naciones

“Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.» Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh. Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos. Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra. Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh”. (Is 2:2-5)

4. El nicolaísmo, o la reintroducción en la Iglesia del sistema clero/laicos.

Los últimos escritos del Nuevo Testamento nos dan ya indicios de que muchas iglesias cristianas se están apartando de las enseñanzas de Cristo y los apóstoles. En las cartas que el Señor envía a las iglesias se nos habla de 'la doctrina de los nicolaítas' (Ap 2:6.15), que no es más que la reintroducción del clero, de la separación clero/laicos en las iglesias cristianas
 

La carta a los Hebreos deja bien claro que todo el sistema sacerdotal-sacrificial del A.T. era sólo sombra y figura de la realidad que trajo Cristo (Hebreos 8:5), y que todo eso quedó abolido (Hebreos 7). Ahora ya no hacen falta más mediadores, Cristo es el único, eterno y suficiente mediador entre Dios y los hombres, y en él todos los creyentes tienen libre acceso a Dios (Hb 10:19-22). Ahora todos los creyentes son sacerdotes, todo el Pueblo de Dios en su conjunto (1Pe 2:9; Ap 1:6; 5:10). El Apocalipsis amonesta seriamente a las iglesias por la aceptación de 'la enseñanza de los nicolaítas' (2: 6.15). 'Nikos' significa victoria, triunfo, conquista, y por extensión, dominio sobre los vencidos; 'laos' significa pueblo. 'Nicolás' (contracción de nikos-laos) significa 'victoria sobre el pueblo'. Vendría pues a significar el triunfo de los oficiales de la iglesia (obispos, prelados, pastores, sacerdotes, ministros, etc.) sobre los laicos. La iglesia empezó a apartarse gradualmente de la enseñanza de Jesús que manda que entre sus discípulo nadie sea llamado (considerado) padre, ni maestro, ni jefe (Mt 23: 8-10), ni nadie se enseñoree de los demás como ocurre en el mundo (Lc 22:24-27).

5. La consolidación del sistema clero/laicos en la era constantiniana.

Con la unión de la iglesia y el imperio esta y otras desviaciones de las iglesias cristianas se consolidan hasta nuestros días. El cristianismo pasa de perseguido a tolerado, de tolerado a impuesto como religión oficial del imperio. ¡Pasa de perseguido a perseguidor!. Por el hecho de nacer en el imperio uno es bautizado y convertido en cristiano automáticamente. Ahora todos son cristianos, pero a costa de los contenidos radicales del cristianismo genuino. Una de las muchas cosas que resultaron afectadas por este proceso fue la consolidación del sistema clero/religiosos/laicos: las estructuras de autoridad del imperio pasan a configurar la iglesia, el sistema papal imita la pirámide imperial, la forma administrativa de la iglesia se reconfigura según el imperio (diócesis, dicasterios, nuncios...), el liderazgo cristiano se 'sacerdotaliza' iniciándose un proceso de monopolización de la autoridad, los dones y los ministerios en la casta sacerdotal, y la vivencia radical del cristianismo se reserva para otra casta especializada: los religiosos.

Pero por los subterráneos de la cristiandad imperante Dios se ha reservado en cada generación grupos de cristianos movido por el Espíritu para regresar a la intención original de Dios, a la enseñanza y el ejemplo de la iglesia neotestamentaria. En esta corriente nos encontramos caminando nosotros, casi siempre en la soledad sin camino del desierto de la cristiandad actual, pero esperando que el Espíritu del Señor continúe avanzando su obra de conseguir una Novia a la altura de Cristo, para que venga el Reino a esta tierra atravesada por el mal, y la Voluntad de Dios de impartir Vida abundante para todos se realice también aquí en la tierra como se cumple en el cielo.

¡¡Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre Señor!!

P.F. Obed

Ver también: 'El nicolaísmo', por Michael alburquerque.