¿Amar la verdad o complacerse en la injusticia?

 Satanás, el engañador de las naciones (Ap 12:9), manipula las decisiones de las naciones hacia el gobierno mundial del Anticristo, el hombre de iniquidad, el hijo de perdición, que se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios (2Tes 2:4).
Lo que llamamos 'globalización' es de hecho la expresión de esta voluntad satánica: la concentración del poder en una plataforma de gobierno mundial. Un mercado mundial, una moneda mundial (finalmente dinero electrónico que exigirá colocarse un microchip), un gobierno mundial, una religión mundial, un control mundial total.

Satanás, bajo cuyo dominio se encuentra actualmente el mundo (Lc 4:5-7; 1Jn 5:19), delegará toda su autoridad sobre este personaje, y él aglutinará todo el poder económico, político y religioso, hasta imponer la adoración de sí mismo y de Satanás, colocándose en lugar de Dios: “Y vi que subía del mar una bestia (el anticristo)... Y el dragón (Satanás) le dio su poder y su trono y grande autoridad... Y toda la tierra se maravilló en pos de la bestia, y adoraron al dragón porque le había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede combatir contra ella?... Y le fue permitido hacer guerra contra los santos (los cristianos) y vencerlos (no nos hagamos ilusiones, cristianos, así será... hasta que Cristo regrese). También le fue dado poder sobre toda raza y pueblo y lengua y nación. Y le adorarán todos los habitantes sobre la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida del Cordero, quien fue inmolado desde la fundación del mundo. Si alguno tiene oído, oiga... “ (Ap 13:1 y ss).

El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto NO RECIBIERON EL AMOR DE LA VERDAD PARA SER SALVOS. Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que NO CREYERON A LA VERDAD, SINO QUE SE COMPLACIERON EN LA INJUSTICIA” 2Tes 2:9-12). Los que aman la mentira y se complacen en la injusticia, no podrán escapar de la mentira.

Y como decíamos en el anterior post, he aquí la madre de todas las mentiras e injusticias: pretender ponerse en el lugar del Creador, no amar al Dios vivo y verdadero y a su Cristo, el Rey que el ha escogido para gobernar el mundo en su Nombre, y rendirle la gloria debida a su Nombre.

¿Y tú, amarás la verdad para ser salvo o te complacerás en la injusticia para tu perdición?

P.F. Obed

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