¿Por qué Jesús de Nazaret es 'el' Camino, el único Camino para acceder al único Dios vivo y verdadero?

Dios es triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres Personas co-eternas compartiendo la misma y única Esencia Divina. El Hijo era Dios desde la eternidad, la expresión exacta del Padre en cuyo seno mora desde toda la eternidad.

En el tiempo se hizo hombre por medio de la encarnación, su Persona divina de naturaleza divina asumió también nuestra naturaleza humana completa: espíritu, alma y cuerpo. Mientras Él vivía en la tierra como hombre, también era Dios, aunque autodespojado de su gloria divina.

Él vivió una vida humana perfecta según la norma divina, el único que jamás cometió pecado, quedando así cualificado para ser 'el Cordero de Dios', es decir, ''el chivo expiatorio' que nos libra de nuestra justa condenación por nuestros pecados: como Él no tenía que pagar por sus pecados, podía presentarse -y se presentó voluntariamente, por amor a nosotros- como sustituto inocente en lugar nuestro, para cargar sobre sí el justo castigo de nuestros pecados de modo que nosotros podamos ser declarados justos delante de Dios. Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, murió por nosotros, para saldar nuestra deuda ante la Justicia divina. Él no tenía que morir, porque nunca pecó (la muerte es la paga del pecado), pero por nosotros gustó la muerte, para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio de la muerte (el diablo), y librar a los que por el temor de la muerte estaban toda la vida condenados a esclavitud.

Y como poseía una Vida indestructible (la Vida divina), la muerte no lo pudo retener. Después de resucitar de entre los muertos Él sigue siendo hombre y también Dios. Y ahora, todos los que se identifican con Él por la fe, reciben todos los beneficios de su Obra: son salvos del juicio, declarados justos ante Dios, nacen de nuevo al participar de la naturaleza divina, reciben el Espíritu de Cristo y la Vida eterna...

Por lo tanto, tanto por ser Dios y hombre a la vez, como por su muerte expiatoria, Él es el único calificado para ser el Mediador, el que media entre Dios y los hombres. Sencillamente Él es único.


P.F. Obed

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