Las ideas tienen patas... del potencial criminal del evolucionismo

La aplicación tecnológica criminal de los conocimientos científicos ciertamente no implican la falsedad de tales conocimientos. Pero no es el caso aquí.

Todo el mundo es libre de proponer la hipótesis más descabellada que desee para explicar ciertos datos observados en la naturaleza, pero para que esa hipótesis o conjetura adquiera rango de 'teoría científica' necesita verificación y comprobación empírica, y si pasa el tiempo y ningún dato de la realidad observada o nuevo paradigma cuestiona la explicación, puede irse tomando como 'hecho científico'.

No hay problema en que un diplomado en teología como Darwin proponga aplicar la microevolución intraespecie como explicación del origen de la vida y de todas las especies. Pero ya resulta muy relevante observar que de no haber interesado a las élites burguesas racistas de la época y su potente aparato propagandístico (que es una de las cosas que pone de manifiesto Sandin, entre otros), tal hipótesis no habría ido muy lejos. Nos es legítimo comenzar a sospechar de esta hipótesis a la vista de que su éxito y extensión no viene dada por las pruebas que pudieran sustentarla, sino por los intereses ideológicos de la élite racista; y a la vista de la devoción que todos los genocidas le tienen a esta hipótesis...

La bomba atómica no desmiente los conocimientos que la hicieron posible, en este caso la crítica es al uso tecnológico inmoral, criminal, de ciertos conocimientos científicos. Pero en el caso del darwinismo es diferente, porque la hipótesis por su misma naturaleza vacía de contenido la dignidad humana y legitima moralmente el racismo y el genocidio. El 'orgullo primate' es un atentado en toda regla a la dignidad humana.

Cuando comprobamos que todo este potencial criminal se basa en la imposición ideológica de una hipótesis que hace aguas por todos lados, carente por completo de comprobación empírica, haciendo afirmaciones que traspasan el ámbito propio y legítimo de la ciencia, entonces el argumento moral contra el evolucionismo adquiere una relevancia de primer orden.

Defender a la humanidad del evolucionismo se convierte en una obligación ética insoslayable, así como desenmascarar a sus militantes proselitistas como agentes del mal y enemigos de la Humanidad.

Tal vez ellos, tú, seáis culpables ignorantes de que estáis criando los huevos de la serpiente. Pero los demás no necesitamos esperar a que la serpiente llegue a toda su estatura para verla venir.

P.F. Obed