
les y geológicos.
Pero Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar. ¡Aunque rujan los océanos y hagan espuma! ¡Aunque tiemblen las montañas mientras suben las aguas! (Sal 46:1-3).
Pero Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar. ¡Aunque rujan los océanos y hagan espuma! ¡Aunque tiemblen las montañas mientras suben las aguas! (Sal 46:1-3).
P.F. Obed
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