Foto: El autoproclamado 'librepensador' mira con desprecio al seguidor de Cristo, porque renuncia a pensar por sí mismo y depende de Él para pensar y decidir. Y es cierto. 

Jesús enseña que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado, y sólo será verdaderamente libre si el Hijo le hace libre (Jn 8:35-36). Y que si alguien se mantiene fiel a sus enseñanzas, será verdaderamente su discípulo, conocerá la verdad y la verdad le hará libre (Jn 8:31-32). 

Por eso, como Cristo, quien decía que no decía ni hacía nada que no le mostrara su Padre, el cristiano no con-forma su mente a los modos de pensar de este Sistema-Mundo, sino que deja que Dios le transforme en una persona nueva al cambiarle la manera de pensar, de modo que aprenda a conocer la voluntad de Dios buena, agradable y perfecta (Rm 12:1-2) y posea la mente de Cristo (1Cor 2:16). 

Entonces el cristiano comprende la verdad sobre el 'librepensador': que en realidad anda en la vanidad de su mente (Ef 4:17), conforme a la corriente de este Sistema-Mundo, obedeciendo los deseos de la vieja naturaleza vendida al pecado y al diablo, el dios de este Sistema-Mundo (Ef 2:2), bajo cuya voluntad está cautivo (2Tim 2:26).El autoproclamado 'librepensador' mira con desprecio al seguidor de Cristo, porque renuncia a pensar por sí mismo y depende de Él para pensar y decidir. Y es cierto.

Jesús enseña que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado, y sólo será verdaderamente libre si el Hijo le hace libre (Jn 8:35-36). Y que si alguien se mantiene fiel a sus enseñanzas, será verdaderamente su discípulo, conocerá la verdad y la verdad le hará libre (Jn 8:31-32).

Por eso, como Cristo, quien decía que no decía ni hacía nada que no le mostrara su Padre, el cristiano no con-forma su mente a los modos de pensar de este Sistema-Mundo, sino que deja que Dios le trans-forme en una persona nueva al cambiarle la manera de pensar, de modo que aprenda a conocer la voluntad de Dios buena, agradable y perfecta (Rm 12:1-2) y posea la mente de Cristo (1Cor 2:16).

Entonces el cristiano comprende la verdad sobre el 'librepensador': que en realidad anda en la vanidad de su mente (Ef 4:17), conforme a la corriente de este Sistema-Mundo, obedeciendo los deseos de la vieja naturaleza vendida al pecado y al diablo, el dios de este Sistema-Mundo (Ef 2:2), bajo cuya voluntad está cautivo (2Tim 2:26).

P.F. Obed

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