Pobre democracia
POBRE DEMOCRACIA...
Viendo la "guerra sucia" que libran entre sí la mayoría de partidos políticos que aspiran al poder, en la que participan los medios afines a algunos de ellos, y cómo tantos votantes reaccionan a esa propaganda partidista de unos contra otros más visceralmente que desde una mínima objetividad y examen crítico, cabría preguntarse: ¿qué podemos esperar de estos actores?.
Si además consideramos las graves limitaciones que el actual diseño del sistema político imponen a una participación fluida de los ciudadanos en las decisiones, o la brutal transferencia de soberanía que se ha hecho a centros de poder supranacionales todavía más alejados en la práctica del control democrático, cabe preguntarse también: ¿hasta qué punto se puede llamar a este sistema "el gobierno del pueblo por el pueblo" / demo-cracia?.
Viendo la "guerra sucia" que libran entre sí la mayoría de partidos políticos que aspiran al poder, en la que participan los medios afines a algunos de ellos, y cómo tantos votantes reaccionan a esa propaganda partidista de unos contra otros más visceralmente que desde una mínima objetividad y examen crítico, cabría preguntarse: ¿qué podemos esperar de estos actores?.
Si además consideramos las graves limitaciones que el actual diseño del sistema político imponen a una participación fluida de los ciudadanos en las decisiones, o la brutal transferencia de soberanía que se ha hecho a centros de poder supranacionales todavía más alejados en la práctica del control democrático, cabe preguntarse también: ¿hasta qué punto se puede llamar a este sistema "el gobierno del pueblo por el pueblo" / demo-cracia?.
Y como cristiano no puedo dejar de lamentar la ruina a todos los
niveles hacia la que avanza una sociedad que expulsa cada vez más los
valores inscritos por el Creador en la conciencia, cada vez más sofocada
y hasta cauterizada, a menudo como reacción pendular a una versión
deformada del Cristianismo que ha dominado la configuración histórica de
esta nación (el Catolicismo romano).
Sepa el pueblo español que en último término es el Dios y Padre de Jesucristo quien quita y pone a los gobernantes, designando el tiempo que concede a cada uno (Daniel 2:21), porque nadie en la tierra llega a tener poder si no le es concedido de lo Alto (Juan 19:10-11), todo con miras al cumplimiento de su Plan: entregar el gobierno del mundo a Su Cristo, Su Rey: Jesús. Todos tienen su oportunidad para demostrar lo que dan de sí, hasta que el mundo entero comprenda que la justicia y la paz sólo vendrán cuando Cristo reine.
Y a menudo Dios disciplina a los pueblos concediéndole los gobernantes que se merecen, ¡un verdadero castigo!.
Por eso, pido a Dios que haga de este pueblo español una nación digna de gobernantes honestos y honrados, sabios para legislar con justicia y rectitud, valientes para resistir las tendencias globalistas malignas que laboran para preparar la inminente dictadura mundial del Anticristo.
Sepa el pueblo español que en último término es el Dios y Padre de Jesucristo quien quita y pone a los gobernantes, designando el tiempo que concede a cada uno (Daniel 2:21), porque nadie en la tierra llega a tener poder si no le es concedido de lo Alto (Juan 19:10-11), todo con miras al cumplimiento de su Plan: entregar el gobierno del mundo a Su Cristo, Su Rey: Jesús. Todos tienen su oportunidad para demostrar lo que dan de sí, hasta que el mundo entero comprenda que la justicia y la paz sólo vendrán cuando Cristo reine.
Y a menudo Dios disciplina a los pueblos concediéndole los gobernantes que se merecen, ¡un verdadero castigo!.
Por eso, pido a Dios que haga de este pueblo español una nación digna de gobernantes honestos y honrados, sabios para legislar con justicia y rectitud, valientes para resistir las tendencias globalistas malignas que laboran para preparar la inminente dictadura mundial del Anticristo.
P.F. Obed
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