El Evangelio es simple
EL EVANGELIO ES SIMPLE
Por Compilador Cristão (Compilador cristiao)
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¡Siga las enseñanzas de Cristo de la manera que Él enseñó!
¡El Evangelio es simple, muy simple! Jesús nunca predicó un evangelio que sólo sería entendido por intelectuales o teólogos; muy al contrario, él dice: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los pequeños" (Mt 11:25).
Por eso, desconfíe toda vez que oiga un evangelio que precise de grande elaboración, erudición, para ser comprendido. En realidad precisamos entender dos cosas:
1) Que estamos (o deberíamos estar) en esta tierra como extranjeros;
2) Que Jesús quiso decir lo que dijo.
He aprendido a apreciar el evangelio que un campesino, un obrero, una persona simple, sería capaz de entender al leer la Biblia solo. Así fue que la Iglesia creció en los primeros siglos y de la misma forma fue que comenzaron muchos movimientos genuinamente de Dios. Normalmente buena parte de la teología sirve para invertir las palabras de Cristo, o sea, para decir que él NO quiso decir lo que dijo. Todo comienza con aquel famoso "no es tan así", o también con el "es complicado". Sólo como ejemplo, ¿cuántos realmente toman en serio palabras como estas?:
"Pero Yo os digo que todo el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio" (Mt 5:32).
"Pero Yo os digo: No resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mt 5:39).
"No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corroen, y donde ladrones horadan y hurtan" (Mt 6:19).
"Así que, no os inquietéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia inquietud. Basta a cada día su propio mal" (Mt 634).
"Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchas obras poderosas? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de iniquidad" (Mt 7:22-23).
"A todo el que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva" (Lc 6:30).
"Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es benigno para con los ingratos y malos" (Lc 6:35).
"Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Lc 9:23).
"Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida dé su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de la vida de su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de Su Padre con Sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos" (Mt 16:26-27).
"Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no tienen con qué recompensarte, pero te será recompensado en la resurrección de los justos" (Lc 14:13-14).
La tendencia normalmente para no cargar la cruz es buscar disculpas y razones que son siempre justas para el amor propio, y a partir de ellas negar las enseñanzas de Jesús. Disculpas y más disculpas para justificar tanta cosa que entristece el corazón del Padre, y muchos aún dicen que a pesar de eso lo aman... Nuevamente, tenemos que entender que Jesús quiso decir lo que dijo:
"El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama" (Jn 14:21)
¡Tenemos que vivir a Cristo! Y tenemos que dejar de perder el tiempo con cosas que son son Cristo. No puedo dejar de decir que cuando somos realmente extranjeros en este mundo y tenemos nuestro foco en las cosas celestes, ninguno de los mandamientos son pesados. A fin de cuentas, el Señor también dijo: "mi yugo es suave y ligera mi carga" (Mt 11:30).
Que el Señor nos conceda gracia.
Por Compilador Cristão (Compilador cristiao)
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¡Siga las enseñanzas de Cristo de la manera que Él enseñó!
¡El Evangelio es simple, muy simple! Jesús nunca predicó un evangelio que sólo sería entendido por intelectuales o teólogos; muy al contrario, él dice: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los pequeños" (Mt 11:25).
Por eso, desconfíe toda vez que oiga un evangelio que precise de grande elaboración, erudición, para ser comprendido. En realidad precisamos entender dos cosas:
1) Que estamos (o deberíamos estar) en esta tierra como extranjeros;
2) Que Jesús quiso decir lo que dijo.
He aprendido a apreciar el evangelio que un campesino, un obrero, una persona simple, sería capaz de entender al leer la Biblia solo. Así fue que la Iglesia creció en los primeros siglos y de la misma forma fue que comenzaron muchos movimientos genuinamente de Dios. Normalmente buena parte de la teología sirve para invertir las palabras de Cristo, o sea, para decir que él NO quiso decir lo que dijo. Todo comienza con aquel famoso "no es tan así", o también con el "es complicado". Sólo como ejemplo, ¿cuántos realmente toman en serio palabras como estas?:
"Pero Yo os digo que todo el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio" (Mt 5:32).
"Pero Yo os digo: No resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mt 5:39).
"No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corroen, y donde ladrones horadan y hurtan" (Mt 6:19).
"Así que, no os inquietéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia inquietud. Basta a cada día su propio mal" (Mt 634).
"Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchas obras poderosas? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de iniquidad" (Mt 7:22-23).
"A todo el que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva" (Lc 6:30).
"Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es benigno para con los ingratos y malos" (Lc 6:35).
"Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Lc 9:23).
"Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida dé su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de la vida de su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de Su Padre con Sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos" (Mt 16:26-27).
"Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no tienen con qué recompensarte, pero te será recompensado en la resurrección de los justos" (Lc 14:13-14).
La tendencia normalmente para no cargar la cruz es buscar disculpas y razones que son siempre justas para el amor propio, y a partir de ellas negar las enseñanzas de Jesús. Disculpas y más disculpas para justificar tanta cosa que entristece el corazón del Padre, y muchos aún dicen que a pesar de eso lo aman... Nuevamente, tenemos que entender que Jesús quiso decir lo que dijo:
"El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama" (Jn 14:21)
¡Tenemos que vivir a Cristo! Y tenemos que dejar de perder el tiempo con cosas que son son Cristo. No puedo dejar de decir que cuando somos realmente extranjeros en este mundo y tenemos nuestro foco en las cosas celestes, ninguno de los mandamientos son pesados. A fin de cuentas, el Señor también dijo: "mi yugo es suave y ligera mi carga" (Mt 11:30).
Que el Señor nos conceda gracia.
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