Bienaventurados los que lloran...

Bienaventurados los que lloran...

los que lloran al ver cómo el mundo deshonra el santo Nombre de Dios, cómo quebranta Su justicia, cómo ofende Su santidad, cómo rechaza Su gracia, cómo invoca Su ira...

los que lloran al ver las masas de pecadores cegadas, cautivas y pastoreadas por el dios de este mundo como un rebaño para el abismo...

los que lloran al ver cómo el Nombre de Dios es blasfemado en medio de las naciones por causa del mal testimonio de la Cristiandad dividida y corrupta y apostata...

los que lloran al ver la Casa de Dios en ruinas... tanto pueblo de Dios pereciendo por falta de conocimiento, o con mucho celo pero no conforme a un pleno conocimiento... tantos santos ni frios ni calientes, provocando náuseas al Señor... tantos santos cautivos en la Babilonia espiritual o en alguna de sus muchas hijas, y tan pocos aquellos cuyo espíritu ha sido despertado para regresar a edificar la Casa del Señor conforme a Su pleno propósito... muchos santos derrotados, sin echar mano de la ricas provisiones en Cristo Jesús para la victoria...

Bienaventurados los que se esfuerzan en la gracia y se levantan para ponerse en la brecha delante del Señor, intercediendo por los pecadores, orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego, vigilando con toda perseverancia y ruego por todos los santos.

Bienaventurados aquellos a quienes el Señor ha dado un corazón para Sus intereses, aquellos que jamás callarán ni en todo el día ni en toda la noche, ¡los que sin reposo hacen que el Señor recuerde, hasta que Él restaura Su Iglesia y haba de ella una alabanza en la tierra! !!Si me olvido de ti, oh Iglesia de Dios, que mi mano derecha olvide su destreza. Mi lengua se pegue a mi paladar, si no me acuerdo de ti, si no ensalzo a la Iglesia del Dios viviente como principal motivo de mi alegría!!.

Bienaventurados los que no temen participar en la comunión de los padecimientos de Cristo, especialmente en participar de sus aflicciones por la Iglesia; los que asumen que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de los cielos, los que perseveran hasta el fin, los que a pesar de haberse multiplicado la maldad no dejan que se les enfríe el amor, sino que echan mano de la vida eterna, de la vida victoriosa de Cristo Jesús que nos proveyó en el Espíritu.

Oh, Señor, Dios de toda gracia y consolación ¡¡¡ multiplica los vencedores en las iglesias !!!

P.F. obed

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